martes, 9 de diciembre de 2008

Análisis, prueba de esfuerzo, ecografías y toda esa historia...



¿Quién me lo iba a decir a mi? Yo que tanto critico el mundo de la medicina sometiéndome a sus dictados durante una semana. La verdad es que la cosa viene de hace unos meses. Tengo que reconocer que he tenido algunos sustos en algunos entrenamientos desde hace un tiempo. No se explicar muy bien lo que es (ni la medicina tampoco ¡ja!) pero en ciertas carreras, en cosa de un segundo, noto como si el corazón me palpitara más fuerte y de repente me falta el aire. A veces he tenido que parar en seco y otras he intentado seguir, por si se me pasa en unos minutos, pero lo único que consigo es acabar destrozado, ahogado y con un cansancio muscular terrible. Me sucede de forma aleatoria, cuando voy rápido y cuando voy lento, cuando estoy cansado y cuando no lo estoy. No consigo encontrar la razón lógica.

Así que tal y como están las cosas y teniendo en cuenta que no voy a parar de correr en un futuro cercano (y espero que en el lejano tampoco) accedí a visitar al cardiólogo bajo la presión familiar. Le comenté lo que me sucedía y me mandó todo tipo de pruebas para descartar cualquier anomalía cardiaca o en la alimentación, análisis de sangre, prueba de esfuerzo, holter de tensión y ritmo cardiaco y ecografía cardiaca.

Los resultados del análisis de sangre estaban perfectos, salvo por tener altas un par de enzimas, la CK (no es que lleve los Calvin Klein a la altura del sobaco) que se traduce como Creatin Quinasa y es una enzima que se fuga de un músculo deteriorado. Cuando se encuentran niveles elevados en una muestra de sangre indica generalmente que el músculo está siendo destruido por algún proceso anormal, tal como una distrofia muscular o una inflamación
Y también la Gamma GT (que no es ningún coche) que se relaciona con procesos hepáticos. Vamos que todo dentro la normalidad teniendo en cuenta que hago deporte.

El holter de tensión pese a ser un coñazo llevar un aparato que te mide cada cinco minutos durante 24 horas también dio buenos resultados, una media de 120/70 de tensión y 45 pulsaciones (he llegado a tener 39 pulsaciones por la mañana).

El mismo día que me quitaban el holter me hacían la prueba de esfuerzo. Tuve que depilarme el pecho para que me pegaran los electrodos y ahora pica que es una barbaridad. Me pegaron alrededor de ocho cables por el cuerpo y me los sujetaron con una red de lo más sexy. Además tenía colgando del brazo un tensiómetro. Me comentan que cada tres minutos la máquina va a coger velocidad y a subir la inclinación. Comienza la prueba con una velocidad de paseo y poco a poco se convierte en una marcha militar. Llega un momento en el que me cuesta menos correr que andar y la cosa sigue inclinándose y subiendo. Cuando llevo cinco etapas y la cuesta es del 18% y la velocidad es de 8km/h. empiezo a notar el cansancio muscular y por suerte la doctora me para la máquina en la siguiente etapa con una inclinación del 20% y a 9km/h. cuando ya estaba poniendome al borde de las 190 pulsaciones por minuto. ¡Menos mal! estaba a punto de apretar el botón de parada porque no podía más pero teniendo en cuenta que era una prueba de esfuerzo supuse que tendría que esforzarme al máximo.

Me miraron los resultados a la vez que me hacían la eco y me miraban mi corazoncito, que por cierto estaba perfecto. Cito palabras textuales de la doctora: "¡Vaya!, tenemos nuevo record de la prueba. Toma, llévate esto y si quieres lo enmarcas". Y es que esas cosas hay que contarlas para presumir un poco que mi sudor me ha costado.

Total, que no tengo ni idea de por qué me pasa lo que me pasa, aunque supongo que es debido a un sobre-entrenamiento pero por lo menos me quedo tranquilo respecto a mi salud cardíaca que teniendo en cuenta lo que pasa por estos mundos no está mal chequearse de vez en cuando aunque negaré haber dicho esto.