sábado, 25 de octubre de 2014

La luz al final del túnel

Lo normal es que comenzara a escribir este post hablando de alguna carrera a la que me he apuntado o celebrando haber alcanzado algún logro especial. Creo que esta vez toca justo lo contrario.
Estoy convencido de que muchos de los que me estáis leyendo en este momento compartiréis gran parte de mis sentimientos porque os ha tocado convivir en más de una ocasión con alguna lesión que os empuja a dejar de hacer lo que más os gusta. Cuando se trata de dolores más o menos comunes es medianamente fácil aprender a convivir con ellos, incluso llegas a asimilarlos y poco a poco te acostumbras hasta que no eres consciente y los ignoras. Pero cuando la lesión es un poco más seria es cuando empiezas a preocuparte. El dolor no se va. Intentas disimularlo, te auto-convences de que en unos días desaparecerá y de que es algo normal. Pero el muy cabrón no se va, es más, cada vez va a peor.
Esto es lo que me lleva pasando desde principios del mes de julio, casi cuatro meses. En mi caso y para ir concretando, se trata de un dolor intenso en los tendones de aquiles. Como sabéis se trata de una lesión muy común entre corredores, tanto como complicada de curar. Un esfuerzo excesivo y mantenido, correr por un terreno demasiado duro o complicado, la elección de un mal calzado y un entrenamiento mal planificado puede llevarte a forzar más de la cuenta estos tendones y es cuando se produce la mal llamada tendinitis (inflamación del paratendón que es la envoltura que recubre el tendón)
La tendinosis, que es la denominación correcta para esta lesión, se produce cuando las fibras de colágeno del tendón empiezan a deteriorarse y se degeneran dando lugar a una lesión crónica y de difícil curación. Ultimamente se han ido modificando las líneas de tratamiento y se tiende más a una recuperación y regeneración de las fibras tendón que a terapias anti-inflamatorias.
Levantarse de la cama por las mañanas durante este verano ha sido un verdadero suplicio pues suele ser el momento más doloroso. A medida que va avanzando el día el dolor disminuye y puede incluso desaparecer lo que te puede llevar, como es mi caso, a ignorar la lesión y seguir corriendo. Lo que a su vez lleva a incrementar la rotura de las fibras y a la hora de recomponerse lo hacen de manera cruzada, como una red, y es precisamente eso lo que da lugar al dolor cuando se estiran.
Durante todo este verano he probado todas las técnicas y he tomado todas las pastillas, he hecho todas las dietas que favorezcan la regeneración de los tendones. He aprendido la técnica de Cyriax, o masaje transverso profundo, para regenerar las fibras. Un poco doloroso pero muy efectivo. Lo he hecho todo, todo menos parar.
Sentía pánico ante la idea de no salir a correr, de perder todo el estado de forma que tanto esfuerzo y sudor me ha costado ganar. Eso sin contar el "mono" que tenía cuando lo intentaba.
Me resulta muy difícil explicar el nivel de angustia que puedes acumular cuando no ves la salida. Se me pasó por la cabeza abandonar del todo, olvidarme de correr y dedicarme a hacer otras cosas. Pero no quiero hacer otras cosas.
Al final ha ganado la desesperación y los buenos consejos de Eli que me recomendó parar del todo, esperar a no sentir dolor y entonces volver poco a poco, sin prisas. Y yo siempre escucho a Eli.
Llevo ya más de tres semanas sin hacer nada más que estiramientos y un masaje a la semana. Tengo que admitir que la primera fue dura de narices, me subía por las paredes. Hace ya unos cuantos días que me levanto sin casi sentir dolor y al tacto duele mucho menos.
Hoy he salido a correr un rato con mi hijo. Hemos hecho unos cuatro kilómetros andando y corriendo y no he sentido ningún dolor. Pero sólo eso me ha bastado para borrar la nube que rodeaba mi cabeza y ahora veo las cosas de otra manera. Puede que no esté todo perdido, puede que ese reflejo que veo en la oscuridad sea la luz al final de este largo túnel.


Hoy casualmente estaba escuchando esta banda sonora
y ha sido este tema el que me ha animado a escribir.
Así es como me siento, no se puede expresar mejor.

2 comentarios:

Luis Epicteto dijo...

Entiendo como te sientes. No te voy a dar ningún consejo, sólo decirte eso, que te entiendo perfectamente.
Un saludo

German Alonso dijo...

Muchas gracias Luis. Al final casi todos pasamos por momentos así. Un abrazo.