lunes, 23 de julio de 2007

Pies, para qué os quiero



Pues estos son mis pies a día de hoy. Están hechos un asco. Las uñas de los índices me las tuve que quitar el otro día porque estaban creciendo mal y el dedo gordo de mi pie izquierdo está cogiendo un color púrpura que no me gusta nada. Y es que no me da tiempo a cogerles cariño, cuando empiezan a ponerse bien y a crecer de forma normal pasa algo que lo tuerce todo. Ese mismo dedo gordo que ahora cambia de color ha perdido su uña unas cuatro veces, si no es por el deporte es porque me engancho con un hierro (mejor no contar detalles), pero no me duran más de tres meses.

Últimamente estoy haciendo recorridos más largos y más duros, sin tener en cuenta la velocidad, corriendo a un ritmo en el que me encuentro cómodo. Me pierdo por los caminos, busco rutas nuevas, exploro otros recorridos, me lo paso bomba. Pero claro, a veces te llevas sorpresas desagradables, como por ejemplo perderse. Ya me ha pasado más de una vez y son los días que más corro y que menos me cuesta, supongo que por la descarga de adrenalina ya que los sitios por los que me pierdo no son los más recomendables para pasear. Sin embargo se conocen lugares muy curiosos, zonas industriales, urbanizaciones en obras, túneles extraños (cuidado con los murciélagos que me han dado algún susto), y gente que te mira como diciendo, pero este... ¿qué está haciendo?.

Por eso raro es el día en el que no corra al menos una hora y media. El otro día salí de excursión por el anillo verde y me gustó mucho, el problema es que hay algunas zonas que todavía están en obras y no ves una fuente en muchos kilómetros (jodida agua...). Pasaban las zonas de descanso de ciclistas y nada, ni una gota, todas las fuentes por poner. Al final tuve que pararme más seco que una pasa a las dos horas de empezar. No es que hiciese mucho calor (salí de casa a las cinco de la tarde) pero se nota que pierdes mucho líquido sin darte cuenta y cuando entra la sed ya es tarde. No me importa la distancia que corrí ni el tiempo por kilómetro, lo único que sé es que lo disfruté como un niño, así que habrá que repetir.

Eso sí, esta vez me llevo dos botellas.

martes, 10 de julio de 2007

Un tio raro


Un tío raro. Creo que me puedo considerar así. Probablemente porque me gusta hacer cosas que a la mayoría de la sociedad le parecen estupideces o pérdidas de tiempo. El otro día me comentaba un compañero de trabajo que su mujer había visto el video de los 100km que está en la página de corricolari (¡famoso por accidente!) y pensaba que yo era un "friki". Hasta ahí nada raro, sin embargo el tono con el que se dice cambia la historia, y tengo que admitir que me molestó. No porque pertenezca a ese grupo de personas que se salen de lo normal sino porque hay gente que piensa que soy idiota.

Ayer leía el artículo de "wild runner" sobre los principios del corredor y la verdad es que coincidía en muchos, pero lo peor es que coincidía casi más en los de los ultracorredores. Pero, ¿qué daño hago yo a la gente si tengo esta afición?, ¿por qué piensan que soy estúpido por correr hasta mis límites?. Me he encontrado muy poca gente que comprenda el por qué de esto. Lo único que sé es que muchas noches me levantaría a las 3:00 am y me iría corriendo sin saber a donde. Hubo una temporada que lo hacía (me sorprendió lo mucho que se limpian las calles de Madrid por la noche), pero parece que era demasiado "raro" para ser bueno y haciendo estas cosas sólo consigues que te tachen de loco, así que acabó ganando la sociedad. Ahora salgo siempre antes de cenar y cumplo estríctamente las normas de lo que se supone que es hacer footing.
No digo que esté mal, pero no siento lo mismo, me siento encerrado. A lo mejor todos tienen razón y estoy loco o soy un estúpido pero siempre me he planteado por qué hay cosas que no se pueden hacer, como correr por la noche cuando te desvelas, o correr varias veces al día porque el cuerpo te lo pide, o intentar llegar a ciertos sitios a los que nunca pensaste llegar sin coche.

Acabo de terminar el libro de Dean Karnazes (que por cierto, ¡contesta a los mails!,es un tío grande) y como todo esto gira alrededor del por qué y no se me ocurre mejor manera de explicarlo, lo copio literalmente:

"Corro para ver hasta donde puedo llegar. Corro porque es mi modo de devolverle algo al mundo haciendo lo único que sé hacer bien. Corro porque nunca he sido un tío muy de coches. Corro porque me siento libre. Corro porque si no lo hiciera, estaría flojo y desanimado, y pasaría demasiado tiempo en el sofá. Corro para respirar aire fresco. Corro para explorar. corro para escapar de lo ordinario. Corro porque me mantiene humilde. Corro por llegar a la línea de meta habiendo saboreado el recorrido. Corro porque caminando se tarda mucho y quiero que me de tiempo a hacer muchas cosas en esta vida. Corro porque, después de que mis huellas se hayan borrado, quizá inspiraré a unos cuantos a rechazar el camino fácil, a machacar los caminos, a poner un pie delante del otro y a llegar a la misma conclusión a la que he llegado yo: corro porque siempre me lleva a donde quiero ir."

Amén.

miércoles, 4 de julio de 2007

Ultramaraton man


Hoy me siento en cierta manera un privilegiado. No me considero un "friki" ni un fan de esos que persiguen a las estrellas por donde van, pero conocer al mismísimo Dean Karnazes ha sido toda una experiencia.

Para el que no sepa quien es este personaje basta decir que corre maratones como entrenamiento, acaba de terminar el North Face Endurance 50: 50 maratones en 50 días consecutivos y que terminó la Badwater (la carrera más dura del mundo) corriendo 217 km a temperaturas de 48ºC en 27h y 22 min. Ese mismo año corrió 422 km seguidos, diez maratones.

La verdad es que me enteré ayer de pasada que iba a estar en Madrid firmando libros y me pillaba bastante cerca del trabajo así que pensé, bueno, voy a pasarme a ver de qué va la cosa. Cuando llegué pensé que me había tragado la broma, porque yo esperaba ver una cola enorme de gente saliendo de la tienda North Face y no había nadie. Me asomé y vi en el escaparate un cartel del libro "Ultramaratón" así que entré pero no había ni rastro de ningún evento, sólo al fondo se veían a un par de personas hablando. Me acerqué a preguntar y ¡zas! me encuentro frente a frente con el gran ultramaraton man.

Pregunto por el libro, que estaba escondido por ahí y lo compro. Nada más verme me pregunta si quiero que me lo firme, y claro, se me cae la baba. Empezamos a hablar (mi inglés es un poco chapucero, pero me vale para entenderme) y le comento que corro hace unos meses y que dentro de unos días voy a tener mi primer niño. Me cuenta que cuando tuvo al suyo se lo llevaba empujando el carrito por las cuestas de San Francisco y acababa con la lengua fuera. Me cuesta creer que acabaras muy cansado, le respondo y se rie. Estuve un rato charlando con la gente de la tienda sobre correr los 100km y la traductora me dice que ni se lo plantea, pero el asiente que se puede. Nos reimos todos.

Por último le pido que se haga una foto conmigo y acepta encantado. La dedicatoria del libro me la guardo para mí porque es muy bonita.


Sinceramente, me encontré con una persona encantadora, que estaba deseando hablar con la gente y muy amable. Además de ser una de las 100 personas más influyentes del mundo segun la revista Times, tiene pinta de ser un tio muy majete.

Por cierto, el libro es muy entretenido y lo recomiendo.