Hace poco más de una año que comencé a escribir este blog. No sé si lo creeréis pero la única razón fue para motivarme. La pasada edición de los 100km. en 24 horas estaba cerca y era muy importante para mí porque había fallado en las dos ediciones anteriores justamente por falta de ilusión. Así que me puse a recordar y a escribirlo todo, me gustó y hasta hoy. Al principio sólo mi madre y mis hermanos se pasaban por aquí y ahora me falta tiempo para poder contestaros a todos. Hace un año corría diez kilómetros con dificultad y ahora es lo mínimo que hago. En todo este tiempo he corrido varias carreras de 10km., una media maratón con record personal y una maratón. Todavía no me lo creo. Y para colmo vuelvo a terminar otra edición de los 100km.
Al final sólo pudimos ir dos de los hermanos por estar Óscar ausente y la verdad es que se le echó en falta porque cuando vamos los tres Alonso juntos nos complementamos unos a otros. Aún así Jesús estaba muy animado y decidido a terminarlo este año. Era su tercer intento y como suelen decir, a la tercera...
El método tradicional de "cámara en coche"
Llegamos pronto a Colmenar, no como el año pasado que casi ni nos dio tiempo a dejar las bolsas. El tiempo era perfecto, soleado pero sin mucho calor. Esta vez lo planteamos como una marcha tranquila, sin prisas, lo importante era acabar. Teniendo en cuenta que la semana anterior no pude correr por problemas en los soleos y que esa misma mañana todavía me dolían sería un milagro terminar sin sufrir mucho.
Nos encontramos en la salida con unos vecinos de mi hermano y la primera parte del camino se nos hizo más llevadero.
Y aquí tengo que darles un tirón de orejas a la organización y a Corricolari. Mira que llevan años haciéndolo y aún así no tienen previsto rutómetros para todos, el agua se acabó en el primer avituallamiento y más de la mitad de participantes tuvieron que esperar más de dos horas bajo un sol de justicia para beber algo y justo cuando menos falta hacía el agua, cuando se iban cerrando los puestos, les llegaban los camiones con las botellas. Lo pobres voluntarios aguantaron de todo, aunque no tuvieran la culpa, pero les dijeron de todo menos bonitos. Lo más normal es tener más agua y zumos cuando más calor hace y no por la noche que la gente ya no quiere ni beber. En fin, el mundo al revés.
Salimos hacia Tres Cantos con un poco de retraso, de hecho creo que en algún momento fuimos los últimos pero llevábamos muy buen ritmo y llegamos con tiempo de sobra para tomar otras cervecitas en un bar y comprar un buen bocata de tortilla que se "jaló" el brother.
Nos echaron literalmente de Tres Cantos con la excusa de que no nos iba a dar tiempo a llegar de nuevo para sellar el rutómetro así que salimos "escopetaos" con nuestros frontales hacia San Sebastián de los Reyes. La noche era perfecta y la temperatura acompañaba así que el camino se nos hizo más fácil.
A partir de ahí la cosa se me puso más dura. Cambié unas plantillas por otras en mis zapatillas y no fue una buena idea. Los catorce kilómetros hasta Tres Cantos se me hicieron muy largos. Pisaba mal y se resentían los músculos. El camino por el carril-bici hasta llegar a la civilización se me hizo eterno. Pero en esas circunstancias y estando tan cerca del final sólo queda apretar los dientes y poner un pie delante del otro. En esos momentos me venía a la mente el último mail que me escribió el maestro Karnazes en el que me decía "Please, never stop" y eso me daba fuerzas para seguir.
La última parada la alargamos todo lo posible y salimos renqueantes, yo con los pies doloridos y mi hermano con los huevos "escalfados". Al parecer el sudor y el roce hicieron de las suyas y se tiró medio día con el farolillo rojo encendido. Lo mejor del último tramo fue el cruce de los riachuelos que por supuesto no nos molestábamos en bordear. El agua fresca de la mañana sentaba de lujo en los pies y los adormecía durante unos minutos magníficos.
Cruzando la meta no puedes evitar emocionarte.
Como siempre, el mejor final me espera en casa donde mi mujer me había preparado una corona de laurel y unos carteles para cruzar la meta, es la mejor haciendo esas cosas.
Esta es mi tercera victoria sobre esta prueba y a no ser que algo importante suceda el año que viene será seguramente la última, ¿o no?.